Es uno de los más grandes escultores vivos de América del Sur y crea obras que resaltan tanto el desarrollo de formas orgánicas modificadas por el entorno, la fuerza de la gravedad y el crecimiento, como las influencias del arte precolombino. Su obra artística se exhibe permanentemente en importantes museos, como el de Boca Ratón en Florida y San José en Costa Rica, así como en muchas galerías de arte de prestigio. Su proyecto más importante es la estatua de San Marcelino Champagnat colocada en la fachada exterior de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Su última obra monumental es la estatua del Papa Juan Pablo II, ubicada en la Basílica de San José en Costa Rica.