Pronto se trasladó a París, donde empezó a dejar vagar a sus hombrecillos cuadrados sobre hojas de papel rugoso, desorientándolos tanto entre ciudades repletas de flechas curvas como en extensiones planas y desiertas, y sobre todo empezó a aplicar colores, combinándolos vertiginosamente, al principio con muchos azules nocturnos y poco a poco más y más soleados entre amarillos cálidos y naranjas. En los años 1960 publicó ilustraciones y portadas para revistas internacionales, como "Time", "Fortune", "Graphis", "The New Yorker", "L'Express", "Le Nouvel Observateur" y comenzó a diseñar carteles publicitarios. por ejemplo para Olivetti, y exponer en galerías y museos de toda Europa y del mundo.Aplica su carácter soñador y visionario a la literatura y la comunicación: muchos carteles confían en su firma inconfundible, especialmente para iniciativas humanitarias, culturales, de derechos de los animales y ecológicas en general. Su campaña para Snam "El metano te echa una mano" sigue siendo especialmente memorable en Italia, que también utiliza una evocadora película de animación. Por tanto, se expresa a través de aguafuertes, aguatintas, acuarelas, pero también esculturas de bronce y fuentes de considerable tamaño, caracterizadas por su inconfundible hombrecito con sombrero. Su escultura pública más conocida es el Hombre sentado en Knokke (B), que aparece y desaparece con el movimiento de las mareas. Desde el año 2000, su trabajo está bien representado en la Fundación Folon de Bélgica.