Pintor informal, en los años 60 inició una fructífera carrera expositiva que le llevó a realizar varias exposiciones individuales por todo el mundo. En 1982, una de sus exposiciones individuales inauguró la reapertura del Palacio Forti de Verona. Desde 1970, después de haber desarrollado una heráldica gráfica con colores fuertemente contrastados, su pintura comienza a definirse originalmente: dentro de un enfoque anicónico, centrado en la primacía absoluta del color, sus formulaciones conceptuales se basan en un rigor de carácter intensamente constructivo. A partir de mediados de los años 1980, el color, sutil y muy brillante, adquirió esas modulaciones y matices que luego se convertirían en característicos de la producción más reciente, caracterizada por cuerdas que sujetan diversos objetos de uso cotidiano.